
PROFESIONALES DE LA MÚSICA
Al mejorar las habilidades auditivas, se logra un mayor dominio de la voz o el instrumento
La investigación del Dr. Alfred A. Tomatis nos muestra el papel tan importante que desempeña el oído en el control de la fonación, la imagen corporal y el control motor. Como parte de su trabajo, el Dr. Tomatis investigó la influencia que tienen ciertas modificaciones auditivas sobre la calidad de la voz de los cantantes y sobre la ejecución instrumental de los músicos.
El virtuoso, el que domina perfectamente su voz o instrumento musical, sabe cómo controlar con el máximo de precisión todos los parámetros de la pieza musical que está ejecutando. Con estos antecedentes, el Dr. Tomatis demostró que al mejorar las habilidades auditivas del ejecutante, específicamente su automonitoreo a través del proceso de escuchar, logra un mayor dominio de su voz o instrumento. De esta manera, a través del Método Tomatis, los cantantes y músicos aumentan su capacidad para escuchar y esto conduce a una mejor ejecución, consiguen el “oído armónico” y son capaces de reproducir todos los sonidos audibles.
Al conocer cómo funciona el oído como instrumento de control del flujo de sonido, al estar conscientes de las deficiencias que frecuentemente impiden esta función, y al utilizar las técnicas desarrolladas por Tomatis, es posible devolverle al oído su eficacia intrínseca.
“En sus 40 años de investigación, Tomatis siempre tuvo una predilección particular por aplicar sus hallazgos a la esfera de la música. De hecho, el Método se originó para tratar a los cantantes. Como especialista del oído, nariz y garganta, el Dr. Tomatis ha tratado personalmente a los virtuosos más grandes del mundo, entre otros a María Callas. Uno de sus libros se intitula L’Orille et la Box (El Oído y La Voz)
Uno de los descubrimientos más singulares de Tomatis es la teoría de lo que se conoce como “oído musical”, empíricamente sí existe y tiene una curva específica ascendente de respuesta. Este es el oído de la diva, o del monje -siempre y cuando canten correctamente. Es precisamente el tipo de oído que se necesita para dominar cualquier instrumento.
Casi igualmente notable es la descripción que hizo Tomatis de la relación del oído con el resto del cuerpo. Debido a que está conectado con el nervio vital neumogástrico (vago), el oído tiene que ver con casi todo lo que sentimos -desde el cosquilleo en la garganta o “mariposas” en el estómago -hasta los latidos del corazón y la respiración.
En la práctica, el Método Tomatis le da mucha importancia a las “posturas específicas para escuchar”, tanto para recibir como para emitir el sonido. Es una manera efectiva de lograr un tono mejor.
En este trabajo, originalmente presentado en 1976 al South African Association of Music Teachers, (Asociación Sudafricana de Maestros de Música), Paul Madaule elabora sobre la afirmación de Tomatis que “es el oído el que canta”. Desarrolla y le da bases teóricas a algunos aspectos del Método”.
Por Paul Madaule, L.Ps.
El oído musical
Este tipo de destreza se debe a lo que Tomatis describió como “el oído musical.” Un oído musical debe ser capaz de entonarse con todo el espectro de sonidos. Debe saber cómo percibir y analizar cada una de las partes del espectro de frecuencias con el máximo de velocidad y precisión. El rango crítico para la musicalidad es el de una amplitud de banda localizada entre 500Hz y 4000Hz, formando una curva de respuesta a la que Tomatis le asignó características precisas.
Estas funciones del oído que se completan y se traslapa estrechamente, constituyen el acto de escuchar. El mal funcionamiento de uno o de varios de estos parámetros provoca una falta de armonía que se traduce en un deterioro de la audición y consecuentemente, en una musicalidad deficiente.
Según Tomatis, los problemas de escucha, que no sean el resultado de alguna lesión orgánica, generalmente son de origen psicológico. He aquí su hipótesis. En una etapa muy temprana de la vida del sujeto, debió ocurrir un rechazo al lenguaje oral. Una manera de rechazar esta información es la de cerrar el oído. Este “cierre” sí es posible; se manifiesta a nivel fisiológico por una relajación de los músculos del oído medio. Este estado de flacidez, parecido aun “parpadeo” del oído impide considerablemente el paso del sonido. Desafortunadamente, es más fácil para el oído abrirse de nuevo que para el ojo. Si los músculos del oído medio están inactivos durante demasiado tiempo, pierden su tonicidad. Los sonidos serán incorrectamente percibidos y, por lo tanto, incorrectamente analizados. En otras palabras, se impide el proceso de escucha.
La investigación del Dr. Alfred A. Tomatis nos muestra el papel tan importante que desempeña el oído en el control de la fonación, la imagen corporal y el control motor. Como parte de su trabajo, el Dr. Tomatis investigó la influencia que tienen ciertas modificaciones auditivas sobre la calidad de la voz de los cantantes y sobre la ejecución instrumental de los músicos.
El virtuoso, el que domina perfectamente su voz o instrumento musical, sabe cómo controlar con el máximo de precisión todos los parámetros de la pieza musical que está ejecutando. Con estos antecedentes, el Dr. Tomatis demostró que al mejorar las habilidades auditivas del ejecutante, específicamente su automonitoreo a través del proceso de escuchar, logra un mayor dominio de su voz o instrumento. De esta manera, a través del Método Tomatis, los cantantes y músicos aumentan su capacidad para escuchar y esto conduce a una mejor ejecución, consiguen el “oído armónico” y son capaces de reproducir todos los sonidos audibles.
Al conocer cómo funciona el oído como instrumento de control del flujo de sonido, al estar conscientes de las deficiencias que frecuentemente impiden esta función, y al utilizar las técnicas desarrolladas por Tomatis, es posible devolverle al oído su eficacia intrínseca.
“En sus 40 años de investigación, Tomatis siempre tuvo una predilección particular por aplicar sus hallazgos a la esfera de la música. De hecho, el Método se originó para tratar a los cantantes. Como especialista del oído, nariz y garganta, el Dr. Tomatis ha tratado personalmente a los virtuosos más grandes del mundo, entre otros a María Callas. Uno de sus libros se intitula L’Orille et la Box (El Oído y La Voz)
Uno de los descubrimientos más singulares de Tomatis es la teoría de lo que se conoce como “oído musical”, empíricamente sí existe y tiene una curva específica ascendente de respuesta. Este es el oído de la diva, o del monje -siempre y cuando canten correctamente. Es precisamente el tipo de oído que se necesita para dominar cualquier instrumento.
Casi igualmente notable es la descripción que hizo Tomatis de la relación del oído con el resto del cuerpo. Debido a que está conectado con el nervio vital neumogástrico (vago), el oído tiene que ver con casi todo lo que sentimos -desde el cosquilleo en la garganta o “mariposas” en el estómago -hasta los latidos del corazón y la respiración.
En la práctica, el Método Tomatis le da mucha importancia a las “posturas específicas para escuchar”, tanto para recibir como para emitir el sonido. Es una manera efectiva de lograr un tono mejor.
En este trabajo, originalmente presentado en 1976 al South African Association of Music Teachers, (Asociación Sudafricana de Maestros de Música), Paul Madaule elabora sobre la afirmación de Tomatis que “es el oído el que canta”. Desarrolla y le da bases teóricas a algunos aspectos del Método”.
Por Paul Madaule, L.Ps.
El oído musical
Este tipo de destreza se debe a lo que Tomatis describió como “el oído musical.” Un oído musical debe ser capaz de entonarse con todo el espectro de sonidos. Debe saber cómo percibir y analizar cada una de las partes del espectro de frecuencias con el máximo de velocidad y precisión. El rango crítico para la musicalidad es el de una amplitud de banda localizada entre 500Hz y 4000Hz, formando una curva de respuesta a la que Tomatis le asignó características precisas.
Estas funciones del oído que se completan y se traslapa estrechamente, constituyen el acto de escuchar. El mal funcionamiento de uno o de varios de estos parámetros provoca una falta de armonía que se traduce en un deterioro de la audición y consecuentemente, en una musicalidad deficiente.
Según Tomatis, los problemas de escucha, que no sean el resultado de alguna lesión orgánica, generalmente son de origen psicológico. He aquí su hipótesis. En una etapa muy temprana de la vida del sujeto, debió ocurrir un rechazo al lenguaje oral. Una manera de rechazar esta información es la de cerrar el oído. Este “cierre” sí es posible; se manifiesta a nivel fisiológico por una relajación de los músculos del oído medio. Este estado de flacidez, parecido aun “parpadeo” del oído impide considerablemente el paso del sonido. Desafortunadamente, es más fácil para el oído abrirse de nuevo que para el ojo. Si los músculos del oído medio están inactivos durante demasiado tiempo, pierden su tonicidad. Los sonidos serán incorrectamente percibidos y, por lo tanto, incorrectamente analizados. En otras palabras, se impide el proceso de escucha.
Principales dificultades que suelen presentarse en las aulas y escenarios
El Método Tomatis actúa en los trastornos de la comunicación que involucran principalmente, el habla y el lenguaje y las alteraciones de la voz y la audición, además de la espacialización y lateralidad auditiva. Las dificultades más extendidas entre los profesionales de la música son:
Beneficios del Método Tomatis® para músicos y cantantes
En la aplicación del programa del Método Tomatis® en el ámbito de la escucha y la voz numerosos estudios ratifican los beneficios del Método Tomatis para profesionales de la música: